El proyecto plantea la actualización y transformación de dos edificaciones palaciegas en una moderna residencia universitaria. El cambio de uso, siempre desde el máximo respeto al patrimonio existente, se realiza de una forma potente y reconocible, mediante la incorporación de elementos arquitectónicos y de mobiliario contemporáneos y claramente diferenciables de la arquitectura del siglo XIX.
La edificación final resulta de la suma de dos palacetes que se unen mediante una galería de conexión, con unas características tipológicas y compositivas de especial significación arquitectónica, histórica y cultural, lo que conlleva la protección y preservación de sus elementos y cualidades fundamentales.
La actuación renueva los espacios estructurantes de la edificación original mediante una serie de intervenciones de acupuntura arquitectónica. Así, los espacios nobles; las capillas, salones y patios, a partir de acciones puntuales, se actualizan manteniendo su esencia y dotando al conjunto de una imagen de continuidad. Cada una de las estancias de la residencia adquiere un carácter propio y único.
Los majestuosos patios interiores con sus dobles y triples alturas, junto con el resto de los espacios de comunicación y reunión, se potencian desde los nuevos acabados, el mobiliario y una estudiada iluminación con lámparas especialmente diseñadas para ellos.
Los dormitorios y estancias auxiliares y de servicio son intervenidos integralmente para ajustarlos a las necesidades actuales. En las nuevas habitaciones se exploran diferentes tipologías, desde unidades individuales a estancias para 4 personas. En todas ellas se opta por minimizar al máximo la compartimentación y conseguir, mediante el uso de un equipamiento adecuado y personalizado, una óptima distribución funcional en cada uno de los casos.
El mobiliario adquiere un especial protagonismo en toda la intervención, siendo una herramienta estructurante para la organización del programa de proyecto. El diseño ad hoc de los muebles tiene una fuerte componente funcional y formal; desde la reinterpretación de los elementos clásicos de los palacetes originales, se da solución a las demandas del nuevo programa como espacio de uso colectivo. Así, junto con los espacios exteriores patios y jardines, se imprime una estética acorde a la imagen de conjunto que ofrece finalmente la propuesta.
De esta forma las construcciones palatinas, espacios de vivienda privada de escala familiar, se transforman y actualizan al siglo XXI como espacios de residencia colectiva y pública, al tiempo que se modernizan los espacios e instalaciones ajustándose a los rigurosos estándares de eficiencia programática y energética.