Situada cerca del teatro romano, la cervecería se desarrolla en un local de planta baja ya existente – en esquina – con entrada directa desde la calle.
La posición del núcleo de accesos del conjunto del edificio al que pertenece, determina la estructura en «U» del conjunto de la planta, que presenta diferentes niveles en algunas zonas.
La distribución del programa y la consecuente resolución constructiva del conjunto se realiza según unos criterios de orden claros que permiten dar carácter a la intervención, frente a las condiciones geométricas interiores y del perímetro del inmueble.
El espacio interior recibe la luz natural a través de un plano continuo de vidrio que caracteriza la imagen exterior del local, así como de lucernarios internos que permiten conducir la luz del día a los puntos alejados de la fachada.
La compartimentación interior se reduce al mínimo y se concreta en una pantalla lineal de vidrio translúcido iluminada interiormente, que define los elementos de servicio (cocina, cámaras, lavado, etc.).
La barra se proyecta como una sencilla superficie continua que define diferentes áreas de uso con su diseño – aparentemente aleatorio – plegado y quebrado, y las mesas de los dos comedores – exterior e interior – se disponen en distribuciones variables según las condiciones de ocupación de los mismos.
El suelo es de marmol travertino, en formación de un plano constante, con suaves pliegues que conducen, sin interrupción, de unos niveles a otros.
El techo conforma una superficie blanca, lisa, que resuelve – en la definición de sus encuentros con el perímetro – la disposición de las instalaciones básicas.
Los paramentos verticales del núcleo interior y pilares se revisten con paneles de resinas termoendurecidas, color cobre.
La aplicación superficial, repetitiva pero diversa según la escala de las calles, del nombre del local – a modo de gigantescos optotipos – a las fachadas de acero inoxidable y vidrio laminar, matizan la relación entre el interior y el exterior y las visiones que se puedan tener en ambos sentidos, potenciando su presencia como fachada activa, cambiante según las condiciones ambientales.
