La rehabilitación de las antiguas salas de esgrima (sede de la Escuela de Guardiamarinas, siglo XIX) se ubica en tres naves del edificio de los Almacenes de Desarme, construcción militar que data de la segunda mitad del siglo XVIII y que pertenece al conjunto de las Instalaciones Militares del Arsenal; y a la memoria histórica de la propia ciudad de Cartagena.
El proyecto tiene por objeto integrar la nueva sede del CESADAR, (Centro de Supervisión y Análisis de Datos de la Armada). La base es la recuperación integral y la puesta en valor de los elementos que conformaban las antiguas salas, como la volumetría, generada por las tres naves pasantes con doble orientación, los elementos estructurales o los pavimentos de madera, baldosa hidráulica y ladrillo cerámico que representan su uso original (sala de esgrima y otras salas).
La estrategia se resume en tres actuaciones básicas, el rescate de la construcción histórica potenciando los espacios; la eliminación de las sucesivas reformas para la recuperación de la geometría original, y la dotación de las nuevas infraestructuras para hacer compatibles los usos planteados.
Se parte de la reparación de los elementos estructurales, generando espacios continuos según las naves originales, y estableciendo comunicaciones transversales mediante huecos que emulan la geometría de las máscaras de esgrima. De este modo se obtiene la separación y habilitación de los espacios necesarios completando el programa de usos, que demanda, por una parte, puestos de trabajo en común, en disposición continua, y por otra, estancias para salas de reuniones y despachos individualizados. La proporción y secuencia de las naves permite la combinación de ambas demandas de manera natural y con sencillas intervenciones en el espacio existente.
Por otro lado, se recupera el trazado de la escalera que comunica el acceso en planta baja con las naves en planta primera, y se pone en valor el pavimento original mediante un nuevo pavimento elevado de vidrio, que permite la conservación y contemplación del original, y el paso de instalaciones. Para el resto de zonas donde no se ha conservado el pavimento existente, se establece un acabado cerámico que continúa con los antecedentes de los suelos originales, y que permite mediante su disposición como suelo técnico cerámico de altas prestaciones, la distribución de las nuevas instalaciones, y la posibilidad de actualizarlas en el futuro.
Para la dotación de instalaciones, y aprovechando la existencia de unas claraboyas colocadas en las sucesivas reformas, se establecen unas plataformas ligeras que hacen compatible la entrada de luz con la disposición ordenada y oculta de la maquinaria de producción de aire acondicionado.
