Este nuevo espacio académico nace con la finalidad de convertirse en un activo lugar de encuentro para los estudiantes universitarios de la ciudad. Aprovechando la situación estratégica de este local vacante en el entorno del campus, se plantea su reforma y su adaptación al programa asociado.
Su ubicación en el ámbito del Casco Antiguo de la ciudad limita la actuación al acondicionamiento del espacio interior; sin embargo, la intervención no renuncia a establecer el diálogo necesario entre un programa abierto y público y su entorno urbano, y reclama la atención de la vecina comunidad universitaria a la que da servicio mediante la aplicación exterior de un sencillo recurso cromático: una celosía de lamas metálicas verticales en secuencia bicolor y de ritmo variable subraya la localización de la actividad y tamiza el soportal, provocando una relación expresiva con el bulevar adyacente, espacio verde y dinámico, oportuna antesala de esta pieza de la ciudad, que ambiciona reactivar un área de alto potencial social.
En el interior el proyecto también entiende el lugar como una oportunidad y construye un prototipo espacial que ofrece su tecnología de bajo coste a los estudiantes. Como un joven laboratorio urbano, reúne una serie de aulas multifuncionales ocupadas por mobiliario modular versátil en torno a un espacio servidor común que distribuye las circulaciones y aloja los servicios generales de asesoramiento y consulta.
La elección de sistemas, materiales y acabados ha prestado especial atención a lograr, con un presupuesto reducido, todas las prestaciones funcionales requeridas:
el acondicionamiento acústico, el aislamiento necesario entre las unidades contiguas de uso simultáneo, y la óptima iluminación en aulas y zonas de trabajo.
Se homogenizan las diferencias y se eliminan los obstáculos utilizando revestimientos limpios y continuos. El código de acabados facilita el reconocimiento de las distintas áreas funcionales: Chapa minionda de aluminio dorado microperforado reviste los espacios de circulación y servicio. Paneles de espuma aislante y de policarbonato blanco garantizan la necesaria condición acústica y aprovechan la luz natural administrada por las ventanas existentes en los espacios servidos.