Un Buen Hogar deja de pensar en términos de disminución de la huella ecológica negativa y aspira a que la arquitectura tenga -siempre- un efecto positivo. Para ello es necesario que el sector de la construcción recicle. Recuperar antes que producir de nuevo. Y traducido a nuestro lenguaje: rehabilitar antes que construir. Rehabilitar también para mantener el carácter de las edificaciones y de nuestras ciudades y, huir así, de la globalización estética y urbana que convierte los núcleos urbanos en copias idénticas los unos de los otros. En definitiva, rehabilitar para nutrir el residuo.
Un Buen Hogar nace con esta premisa, interviniendo en el edificio Av. Capuchinos y estableciendo pautas y actuaciones replicables para el desarrollo del reciclaje arquitectónico, sostenible y eficaz, de todo el entorno del edificio y la ciudad de Castellón.
Como edificio demostrador y experimental se exploran diferentes estrategias que mejoran el edificio existente y prueban que otra forma de construir y de habitar son posibles. Estas se dividen en dos: la puesta a punto y optimización energética del edificio existente y su ampliación y activación mediante métodos constructivos acordes con la bioconstrucción y la construcción 4.0. En cualquier caso, ambos grupos de operaciones se retroalimentan generando un sistema circular dentro del propio edificio y primando el aprovechamiento y la reutilización de los recursos disponibles, así como la incorporación de nuevos materiales de origen natural y km0.
- Optimización – Rehabilitación
El edificio original se adapta para crear un entorno más biohabitable y resiliente. Se amplía el patio y huecos en su fachada Este para mejorar la entrada de corrientes de aire y luz natural. El acristalamiento en la fachada principal se retrasa a línea de pilares para proteger las viviendas de la radiación directa y usar ese espacio como un jardín exterior cubierto con los beneficios en términos de biofília, control climático (sombraje y evaporación) que conlleva tanto para los habitantes de las viviendas como para los viandantes. El aislamiento y la hermeticidad de la envolvente se mejoran con nuevas carpinterías y capas materiales para renovar sus características a los estándares sostenibles de consumo energético superando x3 los Passivhouse.
- Activación – Ampliación
El nuevo volumen se posa sobre el edificio original, coloniza su nuevo y ampliado patio y lo conecta con la calle mediante una entrada accesible, permeable y segura; y con el terreno con una instalación de geotermia. El conjunto se activa energéticamente gracias a una cubierta bioclimática que controla el movimiento del aire en el interior del edificio, el soleamiento y la capatación fotovoltaica.
Los elementos añadidos son prefabricados de madera diseñados por la UPV unidos entre sí mediante junta seca, lo cual hace la construcción rápidamente ejecutable, reversible y, por lo tanto, reciclable. El volumen ampliado se cubre con una fachada ventilada cerámica, Km 0, apoyada en la tradición arquitectónica vernácula de Castellón y con propiedades fotocatalíticas que limpian el aire de contaminantes.
Las nuevas viviendas hacen un guiño al edificio original, manteniendo su modulación de llenos y vacíos, y generando una continuidad con su contexto arquitectónico y urbano. Las cubiertas se ajardinan, aumentando la biodiversidad, mejorando el aislamiento térmico y acústico y reduciendo el efecto isla de calar. Además, se dinamizan y hacen practicables para generar comunidad entre los residentes.